En varios blogs es posible encontrar artículos referidos al vídeo promocional de una de las reuniones de la APEC, a llevarse a cabo en esta semana en Chiclayo, presentado, en un ingles mamarrachento, por el Ministro de la Producción, Rafael Rey.
Más temprano, pude ver las imágenes de la invitación realizada por el mencionado, en las que su hipocritamente sonriente rostro se intercalaba con estampas representativas del paisaje, arqueología, gastronomía y cultura peruanas: Machu Picchu, el Señor de Sipán y los platos típicos (poquito faltó para que pusieran a Gastón), además de las recurrentes "fértiles tierras, cumbres nevadas y risueñas playas".
Casi al final, el vídeo muestra la imagen de uno de los más eximios representantes de la cultura popular afroperuana: Amador Ballumbrosio. La cinta nos muestra , junto a dos niños que zapatean al son de la música, a un Ballumbrosio, rebosante de alegría, sacandole al violín sus mejores acordes. Lamentablemente, para él, el júbilo ha quedado en el pasado.
A fines del julio, algunos noticieros y diarios daban cuenta de que don Amador, de 75 años, había sufrido una segunda embolia en junio (la primera fue en agosto de 2001), que ha complicado su ya precario estado de salud. Postrado en una silla de ruedas, con una diabetes inclemente y sin capacidad de hablar, Ballumbrosio espera que el gobierno pueda concederle una pensión de gracia, que permita a su familia poder solventar, con más tranquilidad, los gastos por el cuidado de su salud.
La administración aprista aun no da visos de querer otorgar este beneficio al otrora gran exponente del zapateo. Sin embargo, no duda en promocionar la cultura peruana colgándose de su arte.
¿Qué impresión se quiere dar en el exterior?. ¿Que en el Perú, el Estado auspicia y promueve la subsistencia de nuestras tradiciones culturales?. ¡A otros con ese cuento!.
¿Es que acaso, para este gobierno, para que a uno le hagan caso, hay que apellidarse Mantilla?
Más temprano, pude ver las imágenes de la invitación realizada por el mencionado, en las que su hipocritamente sonriente rostro se intercalaba con estampas representativas del paisaje, arqueología, gastronomía y cultura peruanas: Machu Picchu, el Señor de Sipán y los platos típicos (poquito faltó para que pusieran a Gastón), además de las recurrentes "fértiles tierras, cumbres nevadas y risueñas playas".
Casi al final, el vídeo muestra la imagen de uno de los más eximios representantes de la cultura popular afroperuana: Amador Ballumbrosio. La cinta nos muestra , junto a dos niños que zapatean al son de la música, a un Ballumbrosio, rebosante de alegría, sacandole al violín sus mejores acordes. Lamentablemente, para él, el júbilo ha quedado en el pasado.
A fines del julio, algunos noticieros y diarios daban cuenta de que don Amador, de 75 años, había sufrido una segunda embolia en junio (la primera fue en agosto de 2001), que ha complicado su ya precario estado de salud. Postrado en una silla de ruedas, con una diabetes inclemente y sin capacidad de hablar, Ballumbrosio espera que el gobierno pueda concederle una pensión de gracia, que permita a su familia poder solventar, con más tranquilidad, los gastos por el cuidado de su salud.
La administración aprista aun no da visos de querer otorgar este beneficio al otrora gran exponente del zapateo. Sin embargo, no duda en promocionar la cultura peruana colgándose de su arte.
¿Qué impresión se quiere dar en el exterior?. ¿Que en el Perú, el Estado auspicia y promueve la subsistencia de nuestras tradiciones culturales?. ¡A otros con ese cuento!.
¿Es que acaso, para este gobierno, para que a uno le hagan caso, hay que apellidarse Mantilla?