martes, 26 de agosto de 2008

La Apec y Don Amador

El patriarca de los Ballumbrosio sumido en el abandono.
En varios blogs es posible encontrar artículos referidos al vídeo promocional de una de las reuniones de la APEC, a llevarse a cabo en esta semana en Chiclayo, presentado, en un ingles mamarrachento, por el Ministro de la Producción, Rafael Rey.

Más temprano, pude ver las imágenes de la invitación realizada por el mencionado, en las que su hipocritamente sonriente rostro se intercalaba con estampas representativas del paisaje, arqueología, gastronomía y cultura peruanas: Machu Picchu, el Señor de Sipán y los platos típicos (poquito faltó para que pusieran a Gastón), además de las recurrentes "fértiles tierras, cumbres nevadas y risueñas playas".

Casi al final, el vídeo muestra la imagen de uno de los más eximios representantes de la cultura popular afroperuana: Amador Ballumbrosio. La cinta nos muestra , junto a dos niños que zapatean al son de la música, a un Ballumbrosio, rebosante de alegría, sacandole al violín sus mejores acordes. Lamentablemente, para él, el júbilo ha quedado en el pasado.

A fines del julio, algunos noticieros y diarios daban cuenta de que don Amador, de 75 años, había sufrido una segunda embolia en junio (la primera fue en agosto de 2001), que ha complicado su ya precario estado de salud. Postrado en una silla de ruedas, con una diabetes inclemente y sin capacidad de hablar, Ballumbrosio espera que el gobierno pueda concederle una pensión de gracia, que permita a su familia poder solventar, con más tranquilidad, los gastos por el cuidado de su salud.

La administración aprista aun no da visos de querer otorgar este beneficio al otrora gran exponente del zapateo. Sin embargo, no duda en promocionar la cultura peruana colgándose de su arte.

¿Qué impresión se quiere dar en el exterior?. ¿Que en el Perú, el Estado auspicia y promueve la subsistencia de nuestras tradiciones culturales?. ¡A otros con ese cuento!.

¿Es que acaso, para este gobierno, para que a uno le hagan caso, hay que apellidarse Mantilla?

lunes, 25 de agosto de 2008

La Medalla que no Pudo Ser

Pequeñas Reflexiones sobre la participación peruana en Pekín 2008
Ayer concluyeron la olimpiadas en Pekín y, lamentablemente, los pocos atletas peruanos que intervinieron en las justas deportivas que se disputaron no lograron siquiera obtener una medalla de bronce, más alla del notable empeño y esfuerzo que pusieron en conseguir un triunfo.

Tristemente, a pesar de lo anterior, hay que ver las cosas con descarnado realismo: la no obtención de presea alguna en la concluida olimpiada ha puesto en su real dimensión el paupérrimo nivel del deporte peruano; producto, en gran medida, del escasísimo interes de los sucesivos gobiernos de turno en su promoción; muy aparte de que haya querido presentarse una imagen contraria, con la cantinflesca propuesta presidencial, de Lima, como eventual sede de los Juegos Olimpicos del 2016, lanzada hace unos meses.

Sin embargo, no todo es malo. Más bien, agradezcámosle a las circunstancias por no figurar en el medallero y por haber demostrado que somos una potencia deportiva de nivel comparable al de Tonga, Djibouti o Myanmar. Pues, en el hipotético caso que uno de nuestros representantes se hubiera alzado con la victoria, seguramente el actual régimen habría montado un circo de esos a los que ya nos tienen acostumbrados (con culebrítica incluida, de repente), para adjudicarse el logro ajeno.

Nada se les puede recriminar a quienes acudieron valientemente a la cita deportiva. Increpemos, sí, a aquellos que gustan de colgarse de los éxitos atléticos, artísticos o académicos de terceros para después decír que en el Perú todo esta bien, que se promueve el deporte y la cultura, y que quienes osan cuestionar esas afirmaciones son unos incendiarios y desfasados comunistas. No son tanto "camaradas" como sí "compañeros" los que hace rato merecen un "estate quieto".

sábado, 2 de agosto de 2008

"Conviértanse, Hermanos"

Algunas ideas sobre la "Reforma del Alma" del presidente García:

(Nota introductoria: Hubiera querido escribir esta entrada hace unos dias. Sin embargo, las obligaciones academicas no me lo permitieron. Ahora me dispongo a retomar el blog con fuerza....eso espero.)

Mentiría si dijera que no esperé con interés el Mensaje a la Nación, del 28 de julio pasado, dado por el presidente Alan García. A pesar de que, con anticipación, preveía una verborreica alocución, conteniendo una sarta de demagógicos embustes, me producía curiosidad cual sería el contenido de aquellas patrañas.

Pues bien. El mensaje tuvo una la clásica sección informativa, cargada de cifras, que en esta ocasión nos presentó a un país que, "en realidad", no está tan mal, como dicen los llamados "amargados", "comunistas", "humalistas", etc. En realidad-según García-, los problemas cotidianos de la economía, que hoy aquejan a los peruanos clasemedieros y a los sectores populares del pais(La subida de precios de los alimentos de primera necesidad, por ejemplo) son consecuencia, solamente, del contexto económico internacional (Un pretexto muy parecido al que muchos apristas recurrieron y siguen recurriendo para "explicar" la hiperiflación de fines de la decada de los 80).

En fin. No obstante lo dicho, el anterior no fue un aspecto que me llamara demasiado la atención, en la disertación del mandatario. Para nada. Es común que en los mensajes de Fiestas Patrias no haya un ápice de autocrítica, y era menos probable poder encontrar visos de humildad en las palabras de alguien que solo ha sabido transmitir con sus palabras y sus modos una soberbia incontenible, una autosuficiencia sin par y una desvergüenza que ofende.

Hubo, sí, una partecita del palabreo que me extrañó y me resultó bastante risible, pues me sentí, por un momento, trasladado a las bancas de alguna iglesia limeña. Por unos instantes, la laica perorata pasó a ser un sermón dominical, en el que García hablaba, ex catedra, de la importancia que tenía emprender en el Perú una "reforma del alma".

"¡Al diablo con la reforma del Estado!", se ha dicho. "¡Qué va, con la lucha anticorrupción!". A entender del espigado ballenato, nada hay más urgente, para el gobierno "del pueblo", que la transformación de los corazones. Pero, ¿en que consistiría dicha renovación? ¿Podría, el profeta García, plantear un nuevo decálogo?. Quien sabe. Si fuera ese el caso, es posible esbozar, en base a la trayectoria del reformador y la de su grupo político, las máximas que contendría:

1. "Adorad a Victor Raúl sobre todas las cosas, y a Alan Damián, su iluminado elegido. En caso contrario...eres terruco"
2. "No tomarás el nombre del elegido ni el de ninguno de sus discipulos para criticar al gobierno, perro del hortelano, perro de m...(¡Calmate, Mauricio!)".
3. "El Templo del Estado, que es una cueva de ladrones, no ha sido hecho para rezar".
4. "Amad a vuestros enemigos, pues la Santa APRA no solo ha amado a UNO, CHINó a todos"
5. "Si Jesucristo está en contra de la Pena de Muerte, está equivocado (firma: Rafaelito)."
6. "Dejad que todos los "compañeros" copen mi Estado" .
7. "Los "compañeros" hemos venido para servirnos del pueblo, y no para servirlo a él".
8. "El Partido comerá el pan con el sudor de tu frente, y untará dicho pan con "Manti" en la mesa, en medio de una jARANA".
9. "Si alguien te reprocha por disparar con un cañón, usa el otro"
10. "Codiciarás a todas las mujeres "de altas cualidades", como Alan Damián os ha enseñado".

Más alla de las anteriores elucubraciones, pienso que Crazy Horse debe dejar tranquilas a las cuestiones espirituales y reservar su discusión a las instituciones religiosas. "Al César lo del César, y a Dios lo de Dios". Nuestro Estado, que , en teoría, es laico, debería procurar serlo en la práctica. Mejor sería que evite García cualquier mención a la divinidad o lo metafísico, pues el vocablo "Dios" , en su boca, se hace blasfemia.